viernes, 29 de noviembre de 2013

La Alegría del Evangelio, n. 104: Sobre el Sacerdocio














La Alegría del Evangelio
Exhortación Apostólica del papa Francisco
24 de noviembre, 2013

Las reivindicaciones de los legítimos derechos de las mujeres, a partir de la firme convicción de que varón y mujer tienen la misma dignidad, plantean a la Iglesia profundas preguntas que la desafían y que no se pueden eludir superficialmente. El sacerdocio reservado a los varones, como signo de Cristo Esposo que se entrega en la Eucaristía, es una cuestión que no se pone en discusión, pero puede volverse particularmente conflictiva si se identifica demasiado la potestad sacramental con el poder. No hay que olvidar que cuando hablamos de la potestad sacerdotal «nos encontramos en el ámbito de la función, no de la dignidad ni de la santidad». El sacerdocio ministerial es uno de los medios que Jesús utiliza al servicio de su pueblo, pero la gran dignidad viene del Bautismo, que es accesible a todos. La configuración del sacerdote con Cristo Cabeza –es decir, como fuente capital de la gracia– no implica una exaltación que lo coloque por encima del resto. En la Iglesia las funciones «no dan lugar a la superioridad de los unos sobre los otros». De hecho, una mujer, María, es más importante que los obispos. Aun cuando la función del sacerdocio ministerial se considere «jerárquica», hay que tener bien presente que «está ordenada totalmente a la santidad de los miembros del Cuerpo místico de Cristo». Su clave y su eje no son el poder entendido como dominio, sino la potestad de administrar el sacramento de la Eucaristía; de aquí deriva su autoridad, que es siempre un servicio al pueblo. Aquí hay un gran desafío para los pastores y para los teólogos, que podrían ayudar a reconocer mejor lo que esto implica con respecto al posible lugar de la mujer allí donde se toman decisiones importantes, en los diversos ámbitos de la Iglesia.

La Alegría del Evangelio, n. 47: Sobre la Eucaristía














La Alegría del Evangelio
Exhortación Apostólica del papa Francisco
24 de noviembre, 2013

La Eucaristía, si bien constituye la plenitud de la vida sacramental, no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles. Estas convicciones también tienen consecuencias pastorales que estamos llamados a considerar con prudencia y audacia. A menudo nos comportamos como controladores de la gracia y no como facilitadores. Pero la Iglesia no es una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas.

La Alegría del Evangelio, n. 44: Sobre la Confesión














La Alegría del Evangelio
Exhortación Apostólica del papa Francisco
24 de noviembre, 2013

Por lo tanto, sin disminuir el valor del ideal evangélico, hay que acompañar con misericordia y paciencia las etapas posibles de crecimiento de las personas que se van construyendo día a día. A los sacerdotes les recuerdo que el confesionario no debe ser una sala de torturas sino el lugar de la misericordia del Señor que nos estimula a hacer el bien posible. Un pequeño paso, en medio de grandes límites humanos, puede ser más agradable a Dios que la vida exteriormente correcta de quien transcurre sus días sin enfrentar importantes dificultades. A todos debe llegar el consuelo y el estímulo del amor salvífico de Dios, que obra misteriosamente en cada persona, más allá de sus defectos y caídas.

martes, 19 de noviembre de 2013

Muriendo en manos seguras, por Ron Rolheiser

Es difícil pronunciar palabras de consuelo cuando estamos cara a cara con la muerte, incluso cuando la persona que murió vivió una vida plena y murió en las mejores circunstancias. Es especialmente duro cuando el que ha fallecido es una persona joven, todavía necesitado de cuidados, y más aún cuando la persona joven no muere en circunstancias ideales.

Como sacerdote, he tenido que presidir muchos funerales de personas que han muerto jóvenes, como resultado de una enfermedad, un accidente o el suicidio. Este tipo de funerales son siempre doblemente tristes.

Recuerdo uno en particular: un estudiante de High School muerto en accidente de coche. La Iglesia estaba abarrotada con la entristecida familia, amigos y compañeros de clase. Su madre, aún joven, estaba en el primer banco, cargada con la tristeza de su pérdida. Después de todo no era más que un muchacho, todavía necesitado de que cuidaran de él, necesitado de una madre. Ella se sentía de hecho, como huérfana de él.

No hay muchas palabras que ayuden en una situación como esta, pero incluso lo poco que se puede decir, en un día como ese, cuando la muerte es tan cruda, no ofrece demasiado consuelo emocional.

¿Qué se dice cuando se enfrenta una muerte como ésta? Simplemente que ese joven  está ahora en unas manos más amorosas, tiernas, suaves y seguras que las nuestras, que hay una madre al otro lado para recibirle y darle los cuidados que aún necesita, como hubo una a este lado cuando nació. Todos nacemos en los brazos de una madre. Esta es la imagen que necesitamos mantener ante nosotros para imaginar sanamente la muerte.

¿De qué va más concretamente esta imagen? Pocas imágenes son tan primarias y tiernas como la una madre sosteniendo y acunando a un recién nacido. La letra de uno de los más conocidos villancicos de todos los tiempos, Noche de Paz, está inspirada precisamente en esta imagen. Joseph Mohr, un joven sacerdote alemán, salió a una cabaña del bosque en la tarde de navidad para bautizar a un recién nacido. Según dejó la cabaña, el niño se durmió en el regazo de su madre. Le llegó con tanta fuerza esta imagen, con la hondura y la paz que encarnaba, que, inmediatamente que regresó a la rectoría, compuso la famosa letra de Noche de Paz. Su director de coro, Franz Gruber, puso algunos acordes de guitarra a aquellas palabras que quedaron grabadas en nuestras mentes para siempre.

La imagen arquetípica definitiva de la paz, la seguridad y la protección es un recién nacido en los brazos de su madre. Además cuando el niño nace no es sólo la madre la que le sostiene y acuna. La mayoría de todos los demás, también.

Quizá ninguna otra imagen es más apta, ponderosa y consoladora y que en términos precisos describa lo que nos sucede cuando morimos y despertamos en la vida eterna como la imagen de una madre sosteniendo y acunando a su recién nacido. Cuando morimos, morimos en los brazos de Dios y seguramente somos recibidos con tanto amor, dulzura y ternura como los que seguramente recibimos en los brazos de nuestras madres cuando nacimos.

Más aún, seguramente estamos más a salvo que cuando nacimos aquí en la tierra. Sospecho, también, que más de unos pocos santos nos rodearán, esperando su oportunidad para acunar al nuevo niño. Por eso está bien, incluso si morimos antes de que estemos preparados, si aún necesitamos el cuidado de alguien que nos cuide, si todavía estamos necesitados de una madre. Estamos en manos seguras, cuidadoras y tiernas.

Esto es profundamente consolador  porque la muerte nos convierte en huérfanos y diariamente hay personas que mueren jóvenes, inesperadamente, sin estar preparadas, todavía necesitadas de cuidado en sí mismas. Todos morimos necesitando una madre. Pero tenemos la seguridad que nos da le fe, por la cual creemos que naceremos en unas manos más seguras y cuidadoras que las nuestras.

De cualquier manera éste consuelo no borra el dolor de la pérdida de un ser querido. Nada se lo borra porque nada puede. La muerte marca indeleblemente nuestros corazones porque el amor nos hiere de esa manera.

Tal y como Dietrich Bonhoeffer dice: “Nada puede disfrazar la ausencia de alguien querido… no tiene sentido decir que Dios llena el hueco; Dios no lo llena, al contrario, Dios lo mantiene vacío de manera que éste vacío nos ayude a mantener viva nuestra comunión con los otros, incluso pagando el precio del dolor… Lo más querido y rico de nuestros recuerdos, la más difícil separación. Pero la gratitud cambia la herida de nuestros recuerdos por una alegría tranquila. La belleza del pasado nace, no como una espina clavada en la carne, sino como un precioso regalo para nosotros mismos.”

lunes, 11 de noviembre de 2013

Sabiduría 2,23-3,9: "Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo a imagen de su propio ser; pero la muerte entró en el mundo por la envidia del diablo (...) La gente insensata pensaba que morían, consideraba su tránsito como una desgracia, y su partida de entre nosotros como una destrucción; pero ellos están en paz".

Sabiduría 2,23-3,9

Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo a imagen de su propio ser; pero la muerte entró en el mundo por la envidia del diablo, y los de su partido pasarán por ella. En cambio, la vida de los justos está en manos de Dios, y no los tocará el tormento. La gente insensata pensaba que morían, consideraba su tránsito como una desgracia, y su partida de entre nosotros como una destrucción; pero ellos están en paz. La gente pensaba que cumplían una pena, pero ellos esperaban de lleno la inmortalidad; sufrieron pequeños castigos, recibirán grandes favores, porque Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí; los probó como oro en crisol, los recibió como sacrificio de holocausto; a la hora de la cuenta resplandecerán como chispas que prenden por un cañaveral; gobernarán naciones, someterán pueblos, y el Señor reinará sobre ellos eternamente. Los que confían en él comprenderán la verdad, los fieles a su amor seguirán a su lado; porque quiere a sus devotos, se apiada de ellos y mira por sus elegidos.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Salmo 16: Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor

Salmo 16: Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor

Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi suplica,
que en mis labios no hay engaño.
R. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor

Mis pies estuvieron firmes en tus caminos,
y no vacilaron mis pasos.
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras.
R. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor

Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme.
Yo con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante.
R. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor

viernes, 8 de noviembre de 2013

CATEQUESIS INTERGENERACIONAL, Todas las edades aprendiendo juntas



Los tres autores de "Intergenerational Faith Formation, All Ages Learning Together / Catequesis Intergeneracional, Todas las Edades Aprendiendo Juntas", trabajan en la pastoral familiar: Mariette Martineau, Joan Weber, Leif Kehrwald.

El libro presenta la transmisión y el aprendizaje de la fe cristiana ("catequesis") como un proyecto que requiere la presencia y el testimonio de la comunidad.

Proyecto y comunidad-familia

Es un proyecto porque la fe no es algo que el creyente "tiene". La fe no se "tiene"; la fe se vive, se experimenta, se "siente" de una manera única cuando la celebramos en comunidad y en la soledad de nuestra habitación. Y requiere la presencia y el testimonio de la comunidad porque la fe cristiana se vive, se transmite y se aprende en comunidad-familia.

La transmisión de la fe cristiana no se basa en la relación del maestro con el discípulo. Tal vez otras religiones hacen depender la transmisión de sus enseñanzas de la estrecha relación entre un maestro y un discípulo. En la fe cristiana no es así. La comunidad-familia es esencial en la transmisión de la fe porque Jesús llama a sus discípulos a ser comunidad-familia y se sirve de imágenes como "el banquete", "las bodas", para hablarnos de ese encuentro.

La principal enseñanza del libro es que la catequesis
más que un método es una manera de ser y vivir la fe

La dificultad para desarrollar los programas y las actividades que el libro nos presenta reside en que este modo de concebir la catequesis no es un método sino una auténtica experiencia de ser y de vivir la fe. Repito: la catequesis intergeneracional no es un "método" que podemos "utilizar" en nuestras comunidades, escuelas, parroquias.

Cambiar de una catequesis tradicional, destinada a unas personas muy concretas, a una catequesis intergeneracional, en la que damos cabida a diferentes generaciones y grupos de personas, puede resultar muy difícil para algunas congregaciones.

No tengo la menor duda de que la catequesis intergeneracional es mucho más rica y desafiante. Rica porque enriquece a los hijos, a los padres, y a los abuelos... Desafiante porque la fe no es una ideología que manejamos a nuestra conveniencia, sino un don que desafía nuestras ideas y seguridades... y una llamada a ser la persona y la comunidad que estamos llamados a ser.

El problema es que algunos creyentes han entendido su fe como la confirmación de unas creencias y tradiciones que recibieron cuando eran niños. Por eso, cuando alguien desafía esta fe nos sentimos atacados y tendemos a defendernos también atacando, en lugar de proponer de una manera amable y razonada la fe.

Hoy muchos padres reconocen que les cuesta comprender a sus hijos. Los cambios que estamos viviendo en nuestra cultura son demasiado rápidos. Intentar que compartan y crezcan juntos en la fe será para muchas familias y comunidades un gran desafío. Hay generaciones que no han sido educadas para escuchar. Ahora bien, aquellas comunidades-familias que son capaces de redescubrir su fe, aguantando la tensión intergeneracional sin dividirse, están vivas, el resto solamente sobreviven.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Dedicación de la Misa diaria













Cada día celebramos dos misas diarias por las siguientes intenciones:

Lunes: por la bendición del trabajo humano, y las intenciones particulares del día.

Martes: por los enfermos (leemos la lista de los enfermos que nos han pedido que oremos por ellos), y las intenciones particulares del día.

Miércoles: por la familia, y las intenciones particulares del día.

Jueves: por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, y las intenciones particulares del día.

Viernes: por la justicia y la paz, y las intenciones particulares del día.

Cuando el calendario litúrgico presenta una fiestamemorial (no opcional) o solemnidad, estos siempre tienen prioridad sobre el resto de las celebraciones.

Las Velas de la Unidad

Este rito forma parte de la liturgia del sacramento del matrimonio en muchas parroquias católicas de Nuevo Mexico (USA). Tiene lugar después de la entrega de los anillos y antes de las intercesiones o peticiones.

















Las velas de la unidad son tres velas, dos pequeñas y una grande que ocupa el lugar central. Se colocan (sin encenderse) sobre el altar antes del comienzo de la ceremonia.















Después de la entrega de los anillos, o del rito del lazo si lo hubiere, se invita a los padres del novio y de la novia a que se aproximen al altar. Una vez frente al altar encienden las velas pequeñas de la unidad. Las velas pequeñas, que son dos y están a la derecha e izquierda de la vela grande, representan a la familia del novio y a la familia de la novia.

Entonces, se invita a los padres a situarse a un lado del altar y se llama a los novios para que se aproximen al altar. Una vez frente al altar, el novio toma la vela pequeña que han encendido sus padres y la novia toma la otra vela que han encendido los suyos y, al mismo tiempo, encienden la vela grande.















La vela grande significa la unidad del matrimonio, dos personas que son una, y la unidad de dos familias que a través de sus hijos se convierten en una familia.

Este rito es muy apreciado por los novios y familias que lo piden. A menudo escuchamos que el marido y la mujer forman una nueva familia, favoreciéndose la idea de que esta nueva familia es independiente y libre de otras ataduras familiares. Esto es muy necesario en culturas donde los lazos familiares del novio y de la novia pueden llegar a asfixiar la autonomia que necesitan para crecer como esposos.

En otras culturas, ocurre exactemente lo opuesto. Se da tanta importancia a la independencia de los novios que los padres, abuelos, hermanos y hermanas, se comportan más como amigos de los esposos que como auténtica familia. En este contexto, el rito de las velas de la unidad inspira a una relación de familia entre el matrimonio y sus parientes.













Living the Mass. How one hour can change your life
Fr. Dominic Grassi and Joe Paprocki
LoyolaPress, Chicago 2005.

El libro del P. Dominic Grassi y el catequista Joe Paprocki da por supuesto que la Misa o Eucaristía es una experiencia de fe que tiene su origen en el encuentro y la celebración.

Si la celebración de la Misa consiste solamente en escuchar palabras, ver lo que hace el cura, cumplir con un precepto, entonces, nos perdemos lo mejor de la celebración de nuestra fe.

Para el padre Dominic y Joe Paprocki, la misa dominical es el acontecimiento más importante de la semana. Durante la celebración de la misa escogemos la dirección, el ritmo y el tono que nuestra vida va a tomar a lo largo de la semana. Por eso, Dominic y Joe están convencidos de que aunque es importante saber las posturas y respuestas de la misa, más importante aún es si dejamos que nuestra vida se haga misa y si la misa continúa en nuestra vida.

El libro nos muestra que la misa es mucho mas que un rito que dura una hora más o menos.

En una sociedad dominada muchas veces por el orgullo y el ego, ponernos en la presencia de Dios es buena noticia cuando traspasa las paredes de nuestra parroquia.

En una sociedad dominada muchas veces por los conflictos y las divisiones, reconocer nuestros temores, errores, pecados..., es buena noticia cuando traspasa las paredes de nuestra parroquia.

En una sociedad dominada muchas veces por el cinismo, el comercio, la moda..., la palabra sincera que brota del corazón es buena noticia cuando traspasa las paredes de nuestra parroquia.

En una sociedad dominada muchas veces por el ruido, el silencio es buena noticia cuando nos ayuda a escuchar lo mejor que hay dentro y fuera de nosotros.

En una sociedad dominada muchas veces por la pobreza y la miseria, el acto del ofertorio es buena noticia cuando traspasa la paredes de nuestra parroquia.

En una sociedad dominada muchas veces por la falta de auto-control, la indiferencia y la insolidaridad, el sacrificio de la misa es buena noticia cuando traspasa las paredes de nuestra parroquia.

En una sociedad dominada muchas veces por la condena y la venganza, el signo de la paz es buena noticia cuando traspasa las paredes de nuestra parroquia.

Al finalizar la lectura del libro pensé: "Qué lástima que perdamos a veces tanta energía discutiendo "cómo" celebrar la misa y no dediquemos el mismo esfuerzo a examinar "cómo" la misa transforma nuestra parroquia y a cada uno de nosotros".

lunes, 4 de noviembre de 2013

Comulgar de la mano de Jose, por M Dolors Gaja, MN

“Dos hombres, ambos de nombre José, se cercioran de que el cuerpo de Jesús reciba cuidadosamente las atenciones necesarias; el primero en la cueva de su nacimiento, el segundo, de Arimatea, en la cueva del sepulcro”, San Efrén de Nisibi.

Estas bellas palabras de Efrén de Nisibi – doctor de la Iglesia, santo del s. IV, que fue llamado la cítara del Espíritu Santo porque escribió, junto a San Juan de la Cruz, la mejor poesía teológica de la Iglesia- me han hecho pensar en nuestra actitud cuando vamos a comulgar, cuando se nos da el Cuerpo de Cristo para que también reciba todo el amor que ambos hombres le dieron.

José de Nazaret debió tomar con temor y temblor, y con inmensa alegría, aquel cuerpecito que se le confiaba para que lo cuidase y le diera lo necesario para crecer. En una cueva nació el Sol que venía de lo alto y José tomó en sus brazos al Sol, que halló en él todo su cielo. Un famosísimo soneto de Lope de Vega se inicia con los sentimientos del sacerdote al levantar a Cristo hecho pan entre sus manos:

Cuando en mis manos, Rey eterno, os miro,
y la cándida víctima levanto,
de mi atrevida indignidad me espanto
y la piedad de vuestro pecho admiro.

Para concluir diciendo:

no sean tantas las miserias nuestras
que a quien os tuvo en sus indignas manos
vos le dejéis de las divinas vuestras.

Y José, que no recitaría el poema de Lope, sí vería el sueño de éste cumplido: porque por haberle sostenido en sus brazos, Dios siempre le sostuvo a él y en sus brazos murió. La Eucaristía es la actualización de la Encarnación. Al acercarme a comulgar me convierto en otro Cristo y la cueva de mi vida queda transfigurada tal como canta San Juan de la Cruz.

¡Oh lámparas de fuego
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
calor y luz dan junto a su querido!

Mi vida es a veces esa caverna que la Lámpara eucarística alumbra “con extraños primores”. Pero convendría que como José de Arimatea depositara el cuerpo de Jesús en una cueva, un sepulcro nuevo. Si Jesús se encarnó en un seno virginal y virgen era la tierra que lo recibió, virgen debe ser mi corazón para que Encarnación y Resurrección se manifiesten en mí. Vayamos a comulgar con la misma devoción y unción con que José de Nazaret y José de Arimatea tomaron en sus brazos el Cuerpo santo de Jesús.

Más de 5000 niños reciben la primera comunión el día de la Inmaculada Concepción en Perú

Más de cinco mil niños recibirán por primera vez el sacramento de la Eucaristía en las parroquias de la Archidiócesis de Lima, el sábado 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción.

Como ya es tradición en la Archidiócesis de Lima, los niños recibirán por primera vez la Eucaristía en una Solemne Misa. Y, por tratarse de una solemnidad mariana, al término de la celebración se consagrarán a la Virgen María. Acompañarán a los niños sus padres, familiares y amigos.

Cabe destacar que para recibir el Sacramento, se han preparado durante todo el año, a través de los diversos programas de Catequesis que se imparten en las parroquias de la Archidiócesis. El cardenal Juan Luis Cipriani presidirá la Santa Misa en la catedral de Lima el sábado 8 de diciembre por la Solemnidad de la Inmaculada Concepción.

Fuente: zenit.org

"Viviendo la Misa. Cómo puede una hora a la semana cambiar tu vida", por Dominic Grassi y Joe Paprocki















Living the Mass. How one hour can change your life
Fr. Dominic Grassi and Joe Paprocki
LoyolaPress, Chicago 2005.

El libro del P. Dominic Grassi y el catequista Joe Paprocki da por supuesto que la Misa o Eucaristía es una experiencia de fe que tiene su origen en el encuentro y la celebración. Porque si la Misa consiste tan solo en escuchar palabras, ver lo que el cura hace, cumplir con un precepto, entonces, nos perdemos lo mejor de la celebración y pasamos de un domingo a otro siendo más de lo mismo, pero más viejos y cansados.

El padre Dominic y Joe Paprocki nos explican que la misa dominical es el acontecimiento más importante de la semana. Durante la celebración escogemos la dirección, el ritmo y el tono de nuestra vida a lo largo de la semana. Por eso, Dominic y Joe están convencidos de que aunque es importante saber las posturas y respuestas de la misa, más importante aún es si dejamos que nuestra vida se haga misa y si la misa continua en nuestra vida.

El libro nos muestra que la misa es más que un rito que dura una hora.

En una sociedad dominada por el orgullo, ponernos en la presencia de Dios es buena noticia cuando traspasa las paredes de nuestra iglesia.

En una sociedad dominada por los conflictos y las divisiones, el reconocimiento de nuestra faltas es buena noticia cuando traspasa las paredes de nuestra iglesia.

En una sociedad dominada por el cinismo, el comercio, la moda..., la palabra que brota del corazón de las personas es buena noticia cuando traspasa las paredes de nuestra iglesia.

En una sociedad dominada por el ruido, el silencio es buena noticia cuando nos ayuda a escuchar lo mejor que hay dentro y fuera de nosotros.

En una sociedad dominada muchas veces por la pobreza y la miseria, el acto del ofertorio es buena noticia cuando traspasa la paredes de nuestra iglesia.

En una sociedad dominada por la falta de auto-control, la indiferencia y la insolidaridad, el sacrificio de la misa es buena noticia cuando traspasa las paredes de nuestra iglesia.

En una sociedad dominada muchas veces por la condena y la venganza, el signo de la paz es buena noticia cuando traspasa las paredes de nuestra iglesia.

Al finalizar la lectura del libro pensé: "Qué lastima que dediquemos a veces tanta energía discutiendo "cómo" celebrar la misa y no dediquemos al menos la misma energía a examinar "cómo" la misa transforma nuestra vida".

Celebración de la fiesta de la Epifanía con los jóvenes de confirmación


Hemos celebrado la fiesta de la Epifanía del Señor en nuestra parroquia de la Sagrada Familia, en Chimayo, New Mexico (USA), y os presentamos a nuestros tres sabios o reyes magos, que son tres voluntarios (Márquez, John y Christopher) del grupo de jóvenes que se están preparando para recibir el sacramento de la confirmación en mayo 2013.

Los tres han participado en la procesión de entrada y, durante el ofertorio de la misa, han traído las ofrendas al altar. Los trajes fueron diseñados por madres y abuelitas que colaboran habitualmente en la parroquia y las coronas se compraron a través de internet.

Durante la catequesis de este domingo hemos hecho hincapié en la universalidad de la fe cristiana, en la hospitalidad, en las señales y signos que nos acercan a Dios y a las personas, en la familia de los hijos e hijas de Dios, en el episodio bíblico de la epifanía o manifestación de Dios como una catequesis para conocer mejor la identidad y misión de Jesús.

Preparación del retiro de Adviento por los jóvenes de la catequesis de confirmación

Por segundo año consecutivo los jóvenes que se preparan para recibir el sacramento de la confirmación han preparado el retiro de Adviento de la parroquia, junto con los catequistas y el párroco.

La idea de que los jóvenes participaran activamente en la preparación del retiro de Adviento surgió el año pasado. ¿El motivo? La espiritualidad del Adviento nos presenta la novedad, la sorpresa, la humildad, la simplicidad y la sencillez, el desafío... como señales de la presencia de Dios en medio de nosotros. Los jóvenes encarnan todo eso y mucho más.

Durante las últimas semanas el grupo de confirmación tuvo que añadir un par de clases más entre semana para preparar el retiro de Adviento, pero durante esas horas los candidatos a recibir el sacramento de la confirmación dejan de estar a la escucha para proponer y organizar lecturas, meditaciones, oraciones y actividades, destinadas a los adultos y... parece que el esfuerzo vale la pena.

Los catequistas marcan la pauta del retiro (temas y horario) pero los jóvenes deciden el enfoque y la manera de hacer las presentaciones. Si se les dice a los jóvenes lo que tienen que decir, entonces, el retiro de Adviento no funciona, ni para ellos ni para el resto de los participantes.

La finalidad del retiro de Adviento no es enseñar doctrina, lo cual ya se hace en las clases, sino abrir los corazones de los participantes. El corazón se abre cuando nuestras experiencias, alegrías y tristezas, gozos, esperanzas, conflictos, problemas... entran a formar parte de nuestra oración y son iluminadas por ella.





























Susi dijo...
Me encantó lo leido sobre la preparación del Retiro de Adviento. pregunto de ser posible si puedo recibir material del mismo. estoy con un grupo de jovencitos de 12 a 14 y15 años y seria maravilloso contar con el material para experimentar y sumar al camino trazado en el grupo de perseverancia de nuestra Parroquia aqui en Rosario Argentina

JULIO GONZALEZ, S.F. dijo...
Hola, Susi, el retiro del cual hablamos tuvo lugar hace dos años y quedamos muy contentos del resultado. Sin embargo, al año siguiente tomó el relevo la Asociación de la Sagrada Familia puesto que también nos pedían retiros de Adviento con temas familiares (también este año). Tal vez, el próximo retiro de Adviento vuelva a prepararlo los chicos y chicas de confirmación con sus catequetistas. El retiro comenzaba a las 9:00 am con el rezo de laudes (antes habíamos hecho una breve introducción sobre el significado de la Liturgia de las Horas). El tema escogido por el grupo de confirmación fue el Año Litúrgico. Recuerdo que teníamos un montón de vestidos y ornamentos liturgicos en el auditorio porque una imagen vale más que mil palabras... Los jóvenes presentaron el Adviento, la Navidad, la Cuaresma, la Semana Santa, Pascua, Pentecostes... y dieron pistas de cómo vivirlo en la parroquia y en familia. Las familias que atendían el retiro también daban ideas y preguntaban cuando no entendían algun símbolo. Algo que ayuda mucho es tener al coro de la parroquia, o algunos de sus miembros, para cada media hora alabar al Señor con un canto. Esto sirve también para cambiar de posición y que el cuerpo no se acostumbre a hacer lo mismo durante mucho rato. Otro momento que muchos recuerdan es un concurso de vocabulario religioso que los jóvenes prepararon. Hay muchas palabras en nuestra liturgia y cultura religiosa que muchos no entienden. Preparar una mesa con comida, bebidas refrescantes, cafe, chocolate, pastelistos, donuts... es parte del retiro. Todos colaboran. Tan importante como la presentación de los temas es conseguir un clima de familia entre todos. El retiro finalizó a las 2:00 pm de la tarde. Espero que esto pueda servirte un poco de ayuda. Si quieres más información no dudes en pedirla. Un abrazo y feliz Adviento.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Marcos 16,15-20: "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado"

Marcos 16,15-20

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos." Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.

Hechos 8,26-40: "Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?" Mandó parar la carroza, bajaron los dos al agua, y Felipe lo bautizó".

Hechos 8,26-40

En aquellos días, el ángel del Señor le dijo a Felipe: "Ponte en camino hacia el Sur, por la carretera de Jerusalén a Gaza, que cruza el desierto." Se puso en camino y, de pronto, vio venir a un etíope; era un eunuco, ministro de Candaces, reina de Etiopía e intendente del tesoro, que había ido en peregrinación a Jerusalén. Iba de vuelta, sentado en su carroza, leyendo el profeta Isaías. El Espíritu dijo a Felipe: "Acércate y pégate a la carroza." Felipe se acercó corriendo, le oyó leer el profeta Isaías, y le preguntó: "¿Entiendes lo que estás leyendo?" Contestó: "¿Y cómo voy a entenderlo, si nadie me guía?" Invitó a Felipe a subir y a sentarse con él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era éste: "Como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino? Lo arrancaron de los vivos." El eunuco le preguntó a Felipe: "Por favor, ¿de quién dice esto el profeta?; ¿de él mismo o de otro?" Felipe se puso a hablarle y, tomando pie de este pasaje, le anunció el Evangelio de Jesús. En el viaje llegaron a un sitio donde había agua, y dijo el eunuco: "Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?" Mandó parar la carroza, bajaron los dos al agua, y Felipe lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco no volvió a verlo, y siguió su viaje lleno de alegría. Felipe fue a parar a Azoto y fue evangelizando los poblados hasta que llegó a Cesarea.

Hechos 16,22-34: "El carcelero se los llevó a aquellas horas de la noche, les lavó las heridas, y se bautizó en seguida con todos los suyos"

Hechos 16,22-34

En aquellos días, la plebe de Filipos se amotinó contra Pablo y Silas, y los magistrados dieron orden de que los desnudaran y los apalearan; después de molerlos a palos, los metieron en la cárcel, encargando al carcelero que los vigilara bien; según la orden recibida, los metió en la mazmorra y les sujetó los pies en el cepo. A eso de media noche, Pablo y Silas oraban cantando himnos a Dios. Los otros presos escuchaban. De repente, vino una sacudida tan violenta que temblaron los cimientos de la cárcel. Las puertas se abrieron de golpe, y a todos se les soltaron las cadenas. El carcelero se despertó y, al ver las puertas de la cárcel de par en par, sacó la espada para suicidarse, imaginando que los presos se habían fugado. Pablo lo llamó a gritos: "No te hagas nada, que estamos todos aquí." El carcelero pidió una lámpara, saltó dentro, y se echó temblando a los pies de Pablo y Silas; los sacó y les preguntó: "Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?" Le contestaron: "Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia." Y le explicaron la palabra del Señor, a él y a todos los de su casa. El carcelero se los llevó a aquellas horas de la noche, les lavó las heridas, y se bautizó en seguida con todos los suyos, los subió a su casa, les preparó la mesa, y celebraron una fiesta de familia por haber creído en Dios.

Hechos 1,1-11: "Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo."

Hechos 1,1-11

En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios. Una vez que comían juntos, les recomendó: "No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo." Ellos lo rodearon preguntándole: "Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?" Jesús contestó: "No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo." Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: "Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse."

Lucas 12,49-53: "Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla!"

Lucas 12:49-53
20 Domingo del tiempo ordinario, C

He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya hubiera prendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! ¿Creéis que estoy aquí para poner paz en la tierra? No, os lo aseguro, sino división.  Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres;  estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.

Colosenses 2,12-13: "Por el bautismo fuisteis sepultados con el, y habéis resucitado con él, porque habéis creído en la fuerza de Dios que lo resucitó de entre los muertos".

Colosenses 2:12-13

Por el bautismo fuisteis sepultados con el, y habéis resucitado con él, porque habéis creído en la fuerza de Dios que lo resucitó de entre los muertos. Estabais muertos por vuestros pecados, porque no estabais circuncidados; pero Dios os dio vida en él, perdonándoos todos los pecados

La Cuaresma, redescubrir nuestro bautismo, por Benedicto XVI

La Cuaresma es una ocasión para redescubrir el sentido y el valor del Bautismo, recordó el papa Benedicto XVI en su mensaje para la Curesma de 2011. Con el tema “Con Cristo sois sepultados en el Bautismo, con él también habéis resucitado” (Col 2,12), el Papa nos invita a hacer de la cuaresma un “camino de purificación para vivir mas plenamente la nueva vida que hemos recibido del Señor”.

Benedicto XVI destaca que el hecho de que en la mayoría de los casos este sacramento sea recibido por los niños, “pone de relieve que es un don de Dios: nadie merece la vida eterna con sus fuerzas”“Este don gratuito debe ser reavivado en cada uno de nosotros y la Cuaresma nos ofrece un recorrido análogo al catecumenado, que para los cristianos de la Iglesia antigua, así como para los catecúmenos de hoy, es una escuela de fe y vida cristiana”.

“Nuestro sumergirnos en la muerte y resurrección de Cristo mediante el sacramento del Bautismo, nos impulsa cada día a liberar nuestro corazón de las cosas materiales, de un vínculo egoísta con la 'tierra', que nos empobrece y nos impide estar disponibles y abiertos a Dios y al prójimo”.

A través de la práctica tradicional del ayuno, de la limosna y de la oración, “expresiones del compromiso de conversión”, la Cuaresma nos enseña “a vivir de modo cada vez más radical el amor de Cristo”.

- El ayuno

El ayuno tiene para el cristiano “un significado profundamente religioso: haciendo más pobre nuestra mesa aprendemos a superar el egoísmo para vivir en la lógica del don y del amor; soportando la privación de alguna cosa —y no sólo de lo superfluo— aprendemos a apartar la mirada de nuestro 'yo', para descubrir a Alguien a nuestro lado y reconocer a Dios en los rostros de tantos de nuestros hermanos”.

“Para el cristiano el ayuno abre a Dios y a las necesidades de los hombres, y hace que el amor a Dios sea también amor al prójimo”. De este modo, se aprende a resistir “ante la tentación del tener, de la avidez de dinero”.

- La limosna

“El afán de poseer provoca violencia y muerte; por esto la Iglesia, especialmente en el tiempo cuaresmal, recuerda la práctica de la limosna, es decir, la capacidad de compartir”.

“¿Cómo comprender la bondad paterna de Dios si el corazón está lleno de uno mismo y de los propios proyectos, con los cuales nos hacemos ilusiones de que podemos asegurar el futuro?”.

La práctica de la limosna “nos recuerda el primado de Dios y la atención hacia los demás, para redescubrir a nuestro Padre bueno y recibir su misericordia”.

- La Palabra y la oración

“Para emprender seriamente el camino hacia la Pascua y prepararnos a celebrar la Resurrección del Señor, ¿qué puede haber más adecuado que dejarnos guiar por la Palabra de Dios?”, dice el Papa en su Mensaje. Por esto, en los evangelios de los domingos de Cuaresma la Iglesia “nos guía a un encuentro con el Señor, haciéndonos recorrer las etapas del camino de la iniciación cristiana: para los catecúmenos, en la perspectiva de recibir el sacramento del renacimiento, y para quien está bautizado, con vistas a nuevos y decisivos pasos en el seguimiento de Cristo y en la entrega más plena a él”.

Interiorizando la Palabra de Dios para vivirla se aprende “una forma de oración, porque la escucha atenta de Dios, que sigue hablando a nuestro corazón, alimenta el camino de fe que iniciamos en el día del Bautismo”. La oración permite también adquirir “una nueva concepción del tiempo”.

El tiempo, sin la perspectiva de la eternidad y de la trascendencia “simplemente marca nuestros pasos hacia un horizonte que no tiene futuro”, mientras que en la oración se encuentra “tiempo para Dios”“para entrar en la íntima comunión con El y que nos abre a la esperanza que no falla, a la vida eterna”.

Conclusión

El itinerario cuaresmal consiste en el “hacerme semejante a él en su muerte”“para llevar a cabo una conversión de nuestra vida”: “dejarnos transformar como Pablo en el camino de Damasco; orientar con decisión nuestra existencia según la voluntad de Dios; liberarnos de nuestro egoísmo, superando el instinto de dominio sobre los demás y abriéndonos a la caridad de Cristo”.

“El período cuaresmal es el momento favorable para reconocer nuestra debilidad, acoger, con una sincera revisión de vida, la Gracia renovadora del Sacramento de la Penitencia y caminar con decisión hacia Cristo”.

Primera catequesis bautismal (tercera parte)

QUEREMOS UNA VIDA Y UN MUNDO MEJOR PARA NUESTROS HIJOS/AS

Tercero:

La tercera creencia "básica" de nuestra catequesis bautismal suele ser una de las más difíciles de explicar de modo que tenga sentido para la manera de pensar de hoy. Me refiero al bautismo y al pecado original.

La "caída" (pecado) de Adán y Eva; cómo ese pecado afecta a las personas; y cómo ese pecado es borrado en el bautismo, atraviesa una profunda crisis de sentido. La mayoría de las personas entienden las palabras que utilizamos al hablar del pecado original pero no saben de qué estamos hablando.

Yo les digo a los padres y padrinos que al pedir el sacramento del bautismo para su hijo o ahijado "me están diciendo que desean una vida y un mundo mejor para esta persona. Ustedes desean que el/ella no cometa los mismos errores, fracasos, pecados, que ustedes (nosotros) hemos cometido. Al mismo tiempo, ustedes reconocen que necesitan ayuda (de la Iglesia, de Dios, de todos), para que su hijo sea mejor de lo que nosotros somos"

"Por eso, están ustedes aquí. Humildemente reconocemos que a menudo hacemos el mal que no queremos y no hacemos el bien que deseamos hacer. Esta es nuestra experiencia del pecado original. No deseamos esto para los hijos y pedimos a Dios que los (y nos) purifique con el agua del bautismo y renueve sus bendiciones sobre todos nosotros."

Fin de la Primera Catequesis Bautismal

Primera catequesis bautismal (segunda parte)


....MARTINEZ, SANDOVAL, PUJOL, O'MALLEY, MURRAY..., Y TAMBIEN "CRISTIANO/A"

Segundo:

"Al pedir el sacramento del bautismo", les digo, "reconocéis que vuestro hijo es parte de una familia más grande que los Martínez, Sandoval, Pujol, O'Malley, Murray..." Al recibir el sacramento del bautismo entramos a formar parte de la Iglesia, que es una familia de familias.

Por eso, todos los cristianos tenemos unos derechos y unas responsabilidades como miembros de esta gran familia que es la Iglesia. Por ejemplo, ustedes tienen la responsabilidad de traer a su hijo a la Iglesia al menos el Domingo, que es el día que los cristianos celebramos nuestra fe y la resurreción del Señor.

La familia cristiana se reúne, se encuentra..., todos los domingos para compartir y celebrar su fe. Si ustedes no vienen, si su hijo o ahijado no viene a la Iglesia, entonces la familia no está al completo, faltan algunos... y ustedes saben muy bien que una celebración familiar se resiente cuando faltan miembros de la familia. Por eso, si ustedes quieren que estos niños formen parte de la familia cristiana, tráiganlos a la iglesia al menos el domingo.

La iglesia, por su parte, al aceptar a su hijo como miembro de la familia acepta al mismo tiempo la responsabilidad de acompañarlo en su crecimiento humano y espiritual; por eso, la iglesia está con ustedes al menos durante la celebración de los sacramentos, y reza siempre por su hijo. Yo, por mi parte, como sacerdote al servicio de esta familia (Iglesia), acepto la responsabilidad de estar disponible siempre que ustedes necesiten dirección espiritual, oración, comunión, reconciliación...

Tercero:
(continuará)

Primera catequesis bautismal (primera parte)



"NO SOMOS 'DUEÑOS' DE LA VIDA"

Ayer tuvimos catequesis bautismal en la parroquia. La sala estaba llena de papás, mamás, padrinos y madrinas. También había un par de "babies". Todos eran católicos, más o menos practicantes, menos una pareja que no pertenece a ninguna iglesia pero han aceptado que su hija sea bautizada y educada en la fe católica. A todos se les ve felices aunque tuvieron una jornada pesada de trabajo.

Cuando les pregunto si alguno de ellos puede explicarme el significado del sacramento del bautismo, la expresión de sus rostros es de alarma. "Vamos", les digo, "imagínense que tienen ante ustedes una persona que no es católica o creyente... y les preguntan "¿por qué bautizan a sus hijos?". ¿Qué les responden?"

Silencio. Sería interesante compartir aquí algunas de las respuestas a veces he escuchado, pero me alargaría demasiado y no viene a cuento. Baste con decir que algunas explicaciones que me han dado son muy difíciles de entender incluso por mí.

Entonces les digo que voy a compartir con ellos algunas creencias "básicas" de nuestra fe católica y que al final de la catequesis deberían ser capaces de "dar razón" de lo que están pidiendo a la Iglesia de una manera que sea comprensible para un creyente y también para un no creyente.

Hay tres creencias muy sencillas que forman la primera parte de la catequesis de bautismo:

Primero:

Unos padres/padrinos que piden el bautismo para su hijo/ahijado reconocen que la vida de esta persona es un don, un regalo, una gracia... Por eso, la vida de esta persona no les pertenece como les pertenece su casa o su cuenta bancaria.

"Ustedes", les digo, "al pedir el bautismo están reconociendo que no son los "dueños" de la vida de esta persona". "Si alguien puede decir que esta vida le pertenece, ese alguien es... Dios."

¿Entienden lo que digo? Veo a la pareja-sin-iglesia que se agarran la mano y asienten de una manera que me dice que sí, que por ahora, comprenden lo que digo.

Alguna vez, una pareja me ha dicho: "Comprendemos que no somos los dueños de la vida de nuestro hijo, pero, entonces, ¿qué somos?"

"Pues sois los que cuidáis de esa vida", les digo, "para que pueda desarrollarse en su totalidad: sus talentos, habilidades, capacidad de amar, de perdonar... Sois sus cuidadores, pero no sus dueños."

Esta creencia de nuestra fe es muy importante porque se traduce en el modo como sentimos la vida de la persona que apadrinamos.

Segundo:
(continuará)